La Enfermedad de Crohn es una inflamación crónica que puede aparecer en cualquier zona de nuestro aparato digestivo, pero que de manera más frecuente se localiza en al final del intestino delgado y el inicio del intestino grueso.
Esta inflamación ocurre, porque nuestro sistema inmunitario ataca nuestro propio cuerpo y destruye parte del tejido.
El factor que origina esa confusión del sistema inmunitario y el ataque es lo que se desconoce. Se especula que se debe a algún agente presente en la alimentación que desencadena esa respuesta, en personas predispuestas genéticamente para que esto suceda.
También se ha demostrado que las emociones y el estrés tienen influencia directa, como en muchas enfermedades de nuestro sistema digestivo.
Sabemos que muchas personas pueden tener La Enfermedad, sin nunca presentar sus síntomas. Esto determina que debe haber un factor que desencadena su ataque. ¿Alimenticio o emocional?, todavía no se sabe.
¿Qué grupos de personas están predispuestas a padecerla?
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Aparece básicamente en personas blancas o de ascendencia judía europea.
Estos grupos (la mayoría de Europa y de Norte América), son los que deben tener más cuidado con esta enfermedad.
Pero eso no excluye a un caribeño moreno, que le gusta bailar salsa, por ejemplo. Cualquiera de sus antecesores europeos ha podido tener esa carga genética.
¿Hay alguna dieta para la enfermedad de Crohn?
No hay dietas específicas. La reacción ante los alimentos varía mucho de persona a persona. Lo que sí existe son recomendaciones alimenticias:
- Alimentación sana y bien equilibrada.
- Comer pequeñas cantidades de alimentos, a lo largo del día.
- Consumir mucha agua, en cantidades pequeñas.
- Evita los salvados de granos, judías, nueces y semillas.
- Evita alimentos grasosos, fritos o con muchas salsas y cremas.
- Evita los productos lácteos.
- Evita las legumbres que te causen gases o los vegetales como el brócoli y repollo.
Como Siempre: Aliméntate de Cosas Buenas
Como describimos, la enfermedad de Crohn empeora con stress o ansiedad. También debes hacer una dieta emocional y prohibirte los malos pensamientos y recuerdos.
También sabemos que la propia enfermedad trae mucha ansiedad a quienes padecen sus síntomas, lo que los empeora.
Para ello también puedes hacer una dieta de literaturas y afectos estimulantes.
Sentirte bien sólo puede ayudarte a sentirte mejor.